Otro pinchazo de líder. El Real Madrid pisó una mina y regaló dos puntos en las postrimerías de un duelo ante el Celta que empezó perdiendo, pero que había remontado. Smolov hizo el 0-1, pero Kroos y Ramos dieron la vuelta al partido en la segunda parte. El postrero gol de Santi Mina puso el 2-2 definitivo y aprieta aún más la Liga. El Barça ya está a un punto.
Volvía Hazard. Con sólo dos palabras no se puede decir más. Si fuera un anuncio sería efectivo: directo, sencillo, contundente. Volvía Hazard. El hombre sobre el que el Real Madrid quería (y quiere) edificar su futuro regresaba al Bernabéu 82 días después de caer lesionado. En ese tiempo los blancos le han echado de menos de la mejor manera posible: victoria a victoria.
Zidane le ponía de inicio, algo inusitado en el técnico francés para los que vienen de la enfermería, aunque puede que con Hazard las urgencias, con el City a la vuelta de diez días, sean muy otras. También jugaba otra vez Bale, al que Zizou se empeña en recuperar para la causa, que parece cada vez más perdida, y Marcelo, otro jugador que parece un genio que se empieza a vivir cada vez más a gustito dentro de la lámpara.
El once del Real Madrid sonaba bien, a pesar de que faltaban tipos como Isco o Modric, incluso un Mendy que se ha hecho imprescindible más por su fuerza que por su maña. Con el portero y la defensa de siempre (salvo Marcelo por Mendy) y con Casemiro convertido en una suerte de ángel de la guarda, la parte de atrás estaba blindada. Junto al brasileño, Kroos y Valverde, y arriba los consabidos Bale y Hazard para escoltar a un Benzema que tiene el puesto más asegurado que Pablo Iglesias en el Gobierno.
El Celta da primero…
Y en estas disertaciones andaba uno absorto cuando comenzó el duelo. Y también debían de andar perdidos Casemiro y los centrales del Real Madrid, que se comieron un movimiento entre líneas de Iago Aspas, que filtró un pase maravilloso para el desmarque de Smolov. El ruso se plantó ante Courtois y le batió por bajo con una frialdad propia de la estepa. La rusa, no la de los polvorones.
El Real Madrid salía del vestuario con 0-1 en contra y raudo puso cerco al área del Celta. Lo intentaba por fuera, sobre todo con Marcelo, y por dentro, sobre todo con Hazard, pero cumplido el primer cuarto de hora no encontraba los caminos hacia a meta de Rubén. El Celta estaba cómodo sobre el césped del Bernabéu con un Okay que se merendaba al centro del campo madridista.
Pasada la media hora el Madrid seguía perdiendo y, lo que es peor, sin emitir síntomas de mejora. Apenas un par de disparos lejanos de Casemiro y Bale fueron las únicas llegadas de los de Zidane al área céltica. Emergió entonces Hazard desde la izquierda y ayudó a acelerar el juego de sus compañeros, pero ni Carvajal primero ni Bale y Marcelo después tenían el punto de mira correctamente colocado.
… y Courtois salva después
En el 43 tuvo el Celta el 0-2 en un cabezazo monumental de Aidoo al que respondió Courtois con una parada milagrosa. El belga se estiró como si tuviera los brazos de chicle y sacó sus manoplas al unísono para despejar a córner cuando los locutores ya cantaban gol a voz en grito. La parada de Courtois llevó al Real Madrid vivo al descanso… o al menos medio muerto.
Al regreso del intermedio al equipo de Zidane le quedaba medio partido para deshacer el entuerto en que se habían metido desde bien temprano. Pronto marcaría el mejor delantero del Real Madrid que se llama… Sergio Ramos. Lo marcó con su alma de 9, pero estaba en posición de fuera de juego. Incontestable. No hacía falta ni el VAR.
Era un aviso de que el Real Madrid se había remangado tras el descanso. Tanto que un par de minutos después llegaría el 1-1. Lo gestaron por la banda siniestra entre Benzema y Marcelo. El brasileño asistió al punto de penalti y allí apareció Kroos para atacar el espacio y rematar, con su toque característico de billar, lejos del alcance de Rubén.
El tanto espoleó al equipo de Zidane y agitó algo a un Bernabéu siempre con ese punto de frigidez. Al Real Madrid le habían entrado las prisas y aún le quedaba media hora para rubricar otra remontada. Hasta Zizou estaba tan metido en el partido que se llevó una tarascada de Aidoo.
Marcelo desatado, Hazard más
Con Marcelo desatado el Real Madrid se lanzó a atacar al Celta por la izquierda. Y precisamente por la izquierda llegó la jugada del penalti, clamoroso e inobjetable, de Rubén, que atropelló a Hazard en el mano a mano. El penalti lo anotó Sergio Ramos, que lo estaba deseando. Era el minuto 64 y los blancos habían arreglado en un pispás su mal inicio de partido.
Un poco después, con 72 minutos de juego, Zidane retiró a un Hazard que había completado un partido de notable alto, sobresaliente si contamos que venía de 82 días sin jugar. Le suplió un Vinicius que agita al Bernabéu como nadie. También retiró en el 80 a Kroos por Modric con el partido ya encarrilado aunque todavía sin cerrar. También a Mendy por Bale para intentar blindarse atrás.
No lo consiguió. Un error defensivo del Madrid propició el 2-2 de Santi Mina en el 85. El maravilloso pase de Denis Suárez encontró a su compañero rodeado de rivales y el delantero no perdonó ante Courtois. Lo intentó el Madrid incluidos los cinco minutos de reanudación, pero ya no le quedaba tiempo. El postrero tanto del Celta le arrebató al equipo de Zidane dos puntos de una tacada y aprieta aún más la lucha por la Liga. El Barça se pone a un punto.